La pax de los sepulcros
POLÍTICA DE SUMA CERO
Llama mucho la atención el discurso del gobernador ALEJANDRO MURAT en torno a que Oaxaca es un estado que vive en paz. Siempre lo hemos dicho: la información que le pasan sus subalternos encargados de la seguridad pública no está en apego a la realidad, sino a conveniencia de los mismos. ¿Por qué engañar al gobernador? Tiene lógica. Quien le gana el oído al ejecutivo estatal ya fregó. No confía en otras fuentes, sólo en quien lo convence con una mentira o verdad a medias.
Un recuento de daños de la semana pasada daría grandes y penosas sorpresas. Casi quince ejecuciones. Una mujer, presuntamente maestra, de 40 años de edad, fue ejecutada el lunes 21. Poco después las redes sociales dieron cuenta de un doble homicidio en Acatlán de Pérez Figueroa, que se duplicó en la semana. Martes, los cadáveres de una pareja encobijada, atada de manos con cinta industrial y con el clásico tiro de gracia fue descubierta en el paraje denominado “El Chocolate”, en jurisdicción de San Juan Ghichicovi. Miércoles: otra pareja, ésta con una vivienda en los márgenes del Canal 33 en la Cuarta Sección de Asunción Ixtaltepec, fue acribillada.
El sábado, los medios impresos y las redes sociales dieron cuenta de un hecho criminal inédito: dos mujeres y dos hombres fueron ejecutados en la Colonia Unión de la capital oaxaqueña. Se dice que es producto de la lucha entre los grupos criminales que se pretenden apropiar de la plaza, principalmente del Mercado de Abasto. Mientras esto ocurre, el responsable de la dependencia encargada de brindar protección a la ciudadanía y salvaguardar la seguridad, el Capitán de Fragata, JOSÉ RAYMUNDO TUÑÓN JÁUREGUI, sigue en la milonga y sin dar la cara.
La realidad es que existe un gravísimo vacío en materia de seguridad, por lo que el gobernador MURAT HINOJOSA, debe dar a conocer algo más que sus reuniones con mandos castrenses o policiales, sino la política que se seguirá de aquí para adelante y no hacer de Oaxaca un vertedero de muerte y crimen. Desde principio de año se supo que ante los nulos resultados de quien tiene a su cargo la Secretaria de Seguridad Pública, habría un cambio. Nada ha ocurrido. Las cosas siguen igual y los funcionarios responsables de tan lamentable papel ahí continúan como si nada. Los crímenes son sello de delincuencia organizada se han hecho comunes en este régimen. Es imposible que se les quiera minimizar, porque aquí como en otras cosas: “no hay peor ciego que quien no quiere ver”, dice la conseja popular. (JPA)